La Teoría de la Relatividad de Einstein
Chapter 5 from Special to General Relativity

Capítulo 5: De la Relatividad Especial a la Relatividad General

En los capítulos anteriores, hemos visto cómo la teoría especial de la relatividad revolucionó nuestra comprensión del espacio y el tiempo. Las transformaciones de Lorentz mostraron que los intervalos espaciales y temporales no son absolutos, sino que dependen del movimiento relativo entre marcos de referencia. Efectos extraños como la contracción de longitud, la dilatación del tiempo y la relatividad de la simultaneidad se mostraron como consecuencias de la unificación del espacio y el tiempo en un espacio de Minkowski de cuatro dimensiones.

Sin embargo, la teoría especial tiene limitaciones en su alcance. Solo se aplica a marcos de referencia inerciales, es decir, aquellos que se mueven a velocidad constante entre sí. No dice nada sobre el movimiento acelerado o la gravedad. Con el fin de abordar estas limitaciones, Einstein desarrolló la teoría general de la relatividad, una de las teorías científicas más profundas y bellas jamás concebidas.

En este capítulo, rastrearemos el camino desde la relatividad especial hasta la relatividad general. Veremos cómo el principio de equivalencia, la idea de que la aceleración y la gravedad son indistinguibles, conduce a una teoría geométrica de la gravedad en la cual la curvatura del espaciotiempo reemplaza la fuerza newtoniana de la gravedad. Exploraremos cómo las fuerzas de marea se manifiestan en la curvatura del espaciotiempo. Este recorrido nos llevará hasta los límites de nuestra comprensión actual del espacio, el tiempo y la gravedad.

El principio de equivalencia

La idea clave que llevó a Einstein de la relatividad especial a la relatividad general fue el principio de equivalencia. En su forma más simple, el principio de equivalencia establece que los efectos de la gravedad son indistinguibles de los efectos de la aceleración.

Imagina que estás en un ascensor sin ventanas. Si el ascensor está en reposo en la Tierra, sientes tu peso normal presionándote contra el suelo, una fuerza que generalmente atribuimos a la gravedad. Ahora imagina que el ascensor está en el espacio profundo, lejos de cualquier planeta o estrella, pero acelerando hacia "arriba" con una aceleración igual a g, la aceleración debida a la gravedad en la superficie de la Tierra (aproximadamente 9.8 m/s^2). Sentirías la misma fuerza presionándote contra el suelo que sentiste cuando el ascensor estaba en reposo en la Tierra.

De manera inversa, si el ascensor estuviera en caída libre hacia la Tierra, te sentirías sin peso, como lo hacen los astronautas en órbita, aunque haya una fuerza gravitatoria sustancial. El principio de equivalencia establece que estas situaciones son fundamentalmente indistinguibles. Ningún experimento local puede distinguir entre estar en reposo en un campo gravitatorio y ser acelerado en ausencia de un campo gravitatorio.

Este principio había sido implícito en el trabajo de Galileo y Newton, pero fue Einstein quien reconoció por primera vez su pleno significado. Si la gravedad y la aceleración son equivalentes, entonces la gravedad debe afectar todo, incluida la luz. Esta comprensión fue el primer paso hacia una teoría geométrica de la gravedad.

Para ver cómo el principio de equivalencia implica que la gravedad afecta la luz, considera un haz de luz que entra horizontalmente en un ascensor acelerando. Desde dentro del ascensor, un observador vería el haz curvarse hacia abajo, mientras el ascensor acelera hacia arriba a su alrededor. Pero según el principio de equivalencia, esta situación es indistinguible de un ascensor estacionario en un campo gravitatorio. Por lo tanto, un haz de luz también debe curvarse hacia abajo en un campo gravitatorio.

Esta fue una conclusión sorprendente. En la física newtoniana e incluso en la relatividad especial, se pensaba que la gravedad era una fuerza entre objetos masivos. Pero se sabía que la luz era sin masa, ¿cómo podría verse afectada por la gravedad? La respuesta, como veremos, es que la gravedad no es en absoluto una fuerza, sino una curvatura del espaciotiempo mismo.

Gravedad como curvatura del espaciotiempo

El principio de equivalencia nos guía hacia una nueva y radical visión de la gravedad. En lugar de ser una fuerza en el espaciotiempo plano de Minkowski, la gravedad es la manifestación de un espaciotiempo curvado. En palabras de John Wheeler, "El espaciotiempo le dice a la materia cómo moverse; la materia le dice al espaciotiempo cómo curvarse".

Para entender esto, consideremos el movimiento de objetos en ausencia de gravedad. En la relatividad especial, los objetos libres (aquellos sin fuerzas) siguen líneas rectas en el espaciotiempo de Minkowski de cuatro dimensiones. Estas trayectorias se llaman geodésicas. Son las líneas "más rectas posibles" en el espaciotiempo, las trayectorias que siguen los vectores transportados en paralelo.

Ahora, según el principio de equivalencia, la trayectoria de un objeto en caída libre es equivalente a la trayectoria de un objeto inercial en ausencia de gravedad. Por lo tanto, los objetos en caída libre deben seguir geodésicas en el espaciotiempo. Pero sabemos por experiencia que las trayectorias de los objetos en caída están curvadas en el espacio y el tiempo (piensa en el arco parabólico de una pelota lanzada). La única forma de conciliar estos hechos es si el propio espaciotiempo está curvado.

En esta visión, la "fuerza" de la gravedad es una ilusión. Los objetos no son "atraídos" por la gravedad. En cambio, simplemente siguen las trayectorias más rectas posibles en un espaciotiempo curvado. La analogía clásica es una pelota en una lámina de goma estirada. Si colocas un objeto pesado en la lámina, creará una depresión. Si luego ruedas una pequeña pelota cerca, seguirá una trayectoria curva alrededor de la depresión, no porque esté "atraída" por el objeto pesado, sino porque está siguiendo los contornos de la lámina curvada.

Matemáticamente, la curvatura del espaciotiempo se describe mediante el tensor métrico, una generalización de la métrica de Minkowski de la relatividad especial. La métrica codifica la geometría del espaciotiempo, determinando las distancias entre puntos y los ángulos entre vectores. En el espaciotiempo plano de Minkowski, la métrica es simple y constante. Pero en presencia de materia y energía, la métrica se vuelve curva y dinámica. Las ecuaciones de campo de Einstein relacionan la curvatura del espaciotiempo (expresada por la métrica) con la distribución de materia y energía (expresada por el tensor de energía-momento). Son un conjunto de 10 ecuaciones diferenciales parciales acopladas y no lineales, notoriamente difíciles de resolver en general. Pero su significado físico es profundo: la materia y la energía le dicen al espaciotiempo cómo curvarse, y la curvatura del espaciotiempo le dice a la materia cómo moverse.

Las ecuaciones de campo reemplazan la ley de gravitación universal de Newton. En lugar de una acción instantánea a distancia a través de la fuerza de gravedad, tenemos la interacción dinámica de la geometría del espaciotiempo y el contenido de materia/energía del universo. La gravedad no es una fuerza transmitida a través del espaciotiempo; está tejida en el propio tejido del espaciotiempo.

Fuerzas de Marea y Curvatura del Espaciotiempo

Una de las principales predicciones de la relatividad general es la existencia de fuerzas de marea. Estas son las fuerzas que causan las mareas oceánicas en la Tierra, pero su origen es muy diferente en la gravedad newtoniana y en la relatividad general.

En la física newtoniana, las fuerzas de marea surgen porque la fuerza de gravedad varía con la distancia. La parte de la Tierra que enfrenta a la Luna experimenta una atracción gravitacional ligeramente más fuerte que el centro de la Tierra, que a su vez experimenta una atracción más fuerte que la parte que está de espalda a la Luna. Esta diferencia en la intensidad de la gravedad a través de un objeto extendido es lo que causa las fuerzas de marea.

Pero en la relatividad general, las fuerzas de marea tienen una interpretación muy diferente. No son causadas por diferencias en la intensidad de un campo gravitacional, sino por la curvatura del espaciotiempo mismo.

Consideremos dos objetos en caída libre que inicialmente están en reposo uno respecto al otro. En la física newtoniana, permanecerían en reposo, ya que ambos experimentan la misma aceleración gravitacional. Pero en la relatividad general, si el espaciotiempo está curvado, las geodésicas que siguen los objetos convergerán o divergirán. Los objetos se acelerarán uno respecto al otro, no debido a ninguna diferencia en la "intensidad" de la gravedad, sino debido a la geometría del espaciotiempo por el que están cayendo.

Esta aceleración relativa de geodésicas cercanas es la verdadera manifestación de las fuerzas de marea en la relatividad general. Es una consecuencia directa de la curvatura del espaciotiempo. Cuanto mayor sea la curvatura, más fuertes serán las fuerzas de marea.

Esta comprensión de las fuerzas de marea proporciona una forma de detectar y medir la curvatura del espaciotiempo. El experimento Gravity Probe B, por ejemplo, utilizó cuatro giroscopios ultraprecisos en órbita terrestre para medir la pequeña curvatura del espaciotiempo causada por la masa de la Tierra. Se encontró que los giroscopios, inicialmente apuntando todos en la misma dirección, precesionaron entre sí a lo largo del tiempo, una detección directa de la curvatura del espaciotiempo de la Tierra.

Las fuerzas de marea también desempeñan un papel crucial en entornos gravitacionales extremos como los agujeros negros. A medida que un objeto cae hacia un agujero negro, las fuerzas de marea se vuelven inmensas. Si el objeto es extendido, como una persona, la diferencia en la curvatura del espaciotiempo entre su cabeza y sus pies puede volverse tan grande que serían estirados y separados, un proceso evocadoramente llamado "espaguetificación".

El principio de equivalencia, la interpretación de la gravedad como curvatura del espaciotiempo y la manifestación de las fuerzas de marea están profundamente interconectados en la teoría general de la relatividad. Representan un cambio profundo desde la visión newtoniana de la gravedad como una fuerza que actúa instantáneamente entre objetos masivos, a una visión geométrica donde la interacción dinámica de la materia y la geometría del espaciotiempo da lugar a lo que experimentamos como gravedad.

Pruebas Experimentales de la Relatividad General

La teoría general de la relatividad hace una serie de predicciones que difieren de la gravedad newtoniana. Estas incluyen:

  1. La precesión del perihelio de la órbita de Mercurio
  2. La desviación de la luz de las estrellas por el Sol
  3. El corrimiento al rojo gravitacional de la luz
  4. La dilatación temporal gravitacional
  5. La existencia de ondas gravitacionales

Cada una de estas predicciones ha sido verificada experimentalmente con alta precisión, proporcionando un sólido respaldo a la teoría.

El perihelio de la órbita de Mercurio (el punto donde está más cerca del Sol) se sabía que precesaba (giraba) en una pequeña cantidad que no podía ser explicada completamente por la gravedad newtoniana y las perturbaciones de los otros planetas. La relatividad general predijo con precisión la tasa de precesión observada, un gran éxito temprano para la teoría.

La desviación de la luz de las estrellas por el Sol fue observada por primera vez durante el eclipse solar total de 1919. Las estrellas cercanas al Sol parecían estar ligeramente fuera de posición, lo que indica que su luz había sido curvada por el campo gravitacional del Sol, en la cantidad exacta predicha por la relatividad general. Esto fue una confirmación dramática de la teoría y trajo fama mundial a Einstein.

El corrimiento al rojo gravitacional, el estiramiento de la longitud de onda de la luz al salir de un pozo gravitacional, fue medido por primera vez en el experimento Pound-Rebka utilizando rayos gamma en una torre de la Universidad de Harvard. El corrimiento al rojo observado coincidió con las predicciones de la relatividad general con una precisión del 1%.

La dilatación temporal gravitacional, la ralentización del tiempo en presencia de un campo gravitacional, se ha medido utilizando relojes atómicos en aviones y satélites. El Sistema de Posicionamiento Global (GPS) debe corregir este efecto para lograr su precisión. Estas mediciones nuevamente coinciden con las predicciones de la relatividad general con alta precisión.

Quizás la confirmación más espectacular de la relatividad general ocurrió en 2015 con la primera detección directa de ondas gravitacionales por el Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO, por sus siglas en inglés). Las ondas gravitacionales son ondulaciones en el tejido del espaciotiempo, predichas por la teoría de Einstein. LIGO observó las ondas gravitacionales generadas por la fusión de dos agujeros negros, exactamente 100 años después de que Einstein propusiera por primera vez la existencia de ondas gravitacionales. La forma de onda observada coincidió con las predicciones de la relatividad general con una precisión asombrosa. Hasta la fecha, la relatividad general ha superado todas las pruebas experimentales con gran éxito. Ha predicho correctamente fenómenos desde la escala del sistema solar hasta la escala del universo, desde el movimiento de los planetas hasta la fusión de los agujeros negros. Es una de las teorías científicas más exitosas desarrolladas hasta ahora.

Conclusión

El camino desde la relatividad especial hasta la relatividad general fue guiado por el principio de equivalencia, la realización de que la gravedad y la aceleración son indistinguibles. Esto llevó a Einstein a reconceptualizar la gravedad, no como una fuerza actuando en el espacio-tiempo plano, sino como la curvatura del propio espacio-tiempo.

En esta visión geométrica, la materia y la energía le dicen al espacio-tiempo cómo curvarse, y la curvatura del espacio-tiempo le dice a la materia cómo moverse. Las fuerzas de marea, en lugar de ser causadas por diferencias en la fuerza de la gravedad, son una manifestación de la curvatura del espacio-tiempo.

Las predicciones de la relatividad general, desde la precesión de la órbita de Mercurio hasta la existencia de ondas gravitacionales, han sido confirmadas por todas las pruebas experimentales hasta la fecha. La teoría ha revolucionado nuestra comprensión del espacio, el tiempo y la gravedad, y continúa estando a la vanguardia de la investigación en física y cosmología.

A medida que avanzamos, la relatividad general continuará guiando nuestra exploración del universo, desde la deformación del espacio-tiempo alrededor de los agujeros negros hasta la expansión del universo en su conjunto. Es una teoría profunda y hermosa que ha transformado nuestra comprensión del cosmos.